Mis preguntas

El tema del que todo el mundo habla estos días me ha suscitado ganas de expresar mi opinión. Obviamente, estoy muy disgustado con la sentencia, como la mayoría de los españoles, porque esto simplemente me hace reafirmar en cuanto al país tan sumamente ridículo en el que vivo. Que la corrupción este a la orden del día donde cualquier payaso con un alto cargo pueda burlar las leyes que fundan este país y aun así, salgan airosos de cualquier acto cometido. La monarquía cada vez apesta más y ellos mismo se están exponiendo a la diana de la sociedad. Para empezar, por ser hija de Rey se le absuelve la condena de ingresar en prisión porque sería todo un atentado contra la familia real, pero, por lo visto, no lo es atentar contra la sociedad que gobiernan (quiero dejar este verbo para hacer un poco mas de hincapié en la burla de que no tienen ni siquiera casi autoridad). A Urdangarín le dejan una condena tan reducida que da risa pensar que todo el fraude que hicieron se vea reflejado en eso

Ignorante de mi, que no supe darme cuenta del regalo que me habían concedido. El coraje de sentir que nunca podré alcanzar una despedida así, tan inexplicable y aleatoria, que cuando quieres darte cuenta, ya se ha marchado, con aquella gran sonrisa que le representaba, aquel positivismo que se fundía en un aura de calma, que contagiaba cada esquina de aquella casa que sigue oliendo a él. No se ser fuerte en momento en que la tristeza invade mi cuerpo, me paraliza y todo se derrumba a mi alrededor. Por eso necesitaba irme, volver. Regresar a esa minúscula parte del mundo donde está todo lo que me mantiene respirando, lo que me mantiene en lo alto del vuelo, impulsándome desde lejos con un cálido apoyo que nunca podré compensar. Por eso volví, necesitaba despedirme de él, necesitaba que toda mi familia me apoyase y yo en ellos, para protegernos los unos a los otros, mantener ese cariño y amor inmenso que me demuestran siempre. Me ahogaba aquí, en Madrid, y se que jamás me perdonaría no