DESPEDIDA

Ignorante de mi, que no supe darme cuenta del regalo que me habían concedido.
El coraje de sentir que nunca podré alcanzar una despedida así, tan inexplicable y aleatoria, que cuando quieres darte cuenta, ya se ha marchado, con aquella gran sonrisa que le representaba, aquel positivismo que se fundía en un aura de calma, que contagiaba cada esquina de aquella casa que sigue oliendo a él. No se ser fuerte en momento en que la tristeza invade mi cuerpo, me paraliza y todo se derrumba a mi alrededor. Por eso necesitaba irme, volver. Regresar a esa minúscula parte del mundo donde está todo lo que me mantiene respirando, lo que me mantiene en lo alto del vuelo, impulsándome desde lejos con un cálido apoyo que nunca podré compensar. Por eso volví, necesitaba despedirme de él, necesitaba que toda mi familia me apoyase y yo en ellos, para protegernos los unos a los otros, mantener ese cariño y amor inmenso que me demuestran siempre.
Me ahogaba aquí, en Madrid, y se que jamás me perdonaría no poder despedirme de él una última vez, una hasta siempre que nunca se asimilar.
Pero lo pienso, y se que no es verdad, que cada momento que recuerde su sonrisa, que recuerde su mirada, su voz, le mantendrá vivo en mi vida, y con eso me conformo. Que digo, no es conformarse es agradecerlo, disfrutarlo.
Fue un buen luchador, nunca se rindió a la primera, y aunque cuesta, como todo en esta vida, supo afrontar cada problema y llegar hasta donde pudo. Tras años de luchar poquito a poquito cada día, el merecido descanso llegó y con él, su libertad.
Huela alto, libre, disfruta, encuentra todo lo que andabas buscando y siéntete en paz, que yo lo haré aquí por ti.
Ejemplo en esta vida tengo muchos, pero cada uno de ellos me aporta algo diferente en lo que querer verme reflejado. En ti, veía la estabilidad, la fuerza y el poder de llevar una familia a delante. Quiero sentirme así de mayor. Mirar, y ver lo precioso que puede ser crear una familia llena de vida.
Me arrepiento de no mostrarte nunca la verdadera parte de mi que siempre he tenido, pero que nunca supe enseñarte, y tenia miedo de que fuera algo perjudicial para ti, pero espero y deseo que sepas entenderlo y sepas darte cuenta de que no cambia absolutamente nada.
Gracias por enseñarme y desde aquí te mando todo mi amor.
Luis Miguel Sansón Cabrera 1926-2017
Saludos
-Marcos.

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