VEROS CRECER
Me encontraba en un estado de ausencia, egoístamente preocupado solo ante mis problemas. Mi vida se seguía sumiendo en el caos y en el desastre, intentaba no perderme y seguir manteniéndome a flote en una barca que no podría aguantar mucho más la tempestad que azotaba mi día a día. No me di cuenta, pero os vi nacer. Erais la calma, la paz después de todo el jaleo que me desarmó por completo. Un sol de primavera que no incomoda pero es lo justo para mantenerte cálido. Creo que en ese entonces, ni siquiera ustedes os dabais cuenta de aquello tan bonito que empezó a surgir. Huyendo del pánico que aterraba sus pensamientos, remordimientos que te estaban persiguiendo, encontraste un refugio donde mantenerte a salvo, donde se te comprendía. Un comienzo casual, sin intención de llegar a más, pero que sin duda, a día de hoy, esa fuerza que desprenden sigue en aumento, cada vez con más intensidad. Miradas cómplices que os echabais, sin saber porque motivo lo hacíais. Una unión que fue enred